En esta ocasión la visita a los inventores de la Primera
campaña de inventos para el wët wët fxi´zenxi fue a Efraín Rivera de la vereda El
Tablón, municipio de Jambaló. A eso de las 10 de la mañana arribamos a su casa con
el equipo de agroecología de Cecidic (centro de educación, capacitación e
investigación para el desarrollo integral de la comunidad), en cabeza de
Gonzalo Rivera y una estudiante de esta área, el Tejido de Comunicación, en cabeza
del compañero Edgar Yatacué, y el equipo de la Campaña de inventos con Arcadio
Tróchez y Albeiro Mestizo.
La casa de Efraín está en la parte alta de El Tablón.
Después de la bienvenida del compañero Efraín
procedimos a ver el invento: el generador de energía. O los generadores porque
tiene uno portátil y otro grande, muy grande. Pero antes vimos la casa con
energía eléctrica y preguntamos ¿cuánto pagan de energía? y al compañero le dio
risa y dijo:
‒Nada porque yo mismo la inventé. Y no solo yo
tengo acceso a energía sino que también las demás casas a mi alrededor.
Nos llevamos la sorpresa de que la energía que
tiene Efraín y las 12 casas a su alrededor son producto de su imaginación. Tienen
energía propia y disfrutan de nevera, televisión etc.
En su momento, la parte alta de El Tablón no fue
electrificada por la empresa electrificadora argumentando una gran distancia
para la posteadura y el cableado y la existencia de pocas viviendas. Pero eso a
Efraín Rivera no le importó, antes lo impulsó.
Antes de ver el generador de energía portátil nos
dirigimos a ver el invento mayor, la planta procesadora de energía, la cual abastece
su casa desde una distancia de aproximadamente un kilómetro y medio cuesta
arriba (la casa está arriba, la planta abajo).
A medida que bajábamos el compañero inventor Efraín
nos daba a conocer cómo fue la iniciativa de inventar su propia energía. De
repente el cielo se oscureció, el viento soplaba de abajo hacia arriba y se
vino el aguacero, pero eso no fue excusa para avanzar ni para que Efraín dejara
de exponer su experiencia. En medio del aguacero llegamos al sitio y nos encontramos
con grandes máquinas, reguladores de voltaje, estabilizadores, en fin. Ahora la
pregunta no era cómo se inventaron esas
maquinas, si se sabía que las máquinas ya estaban inventadas, las
preguntas ahora eran:
¿Dónde consiguieron recursos para adquirirlas, si
mirábamos que no tenían forma? ¿Quién fue el ingeniero eléctrico que los
asesoró para llegar a tal punto?
El agua llega en su último tramo a través de un tubo de dos pulgadas.
Mientras se incrementaba el aguacero, Efraín nos
contó que la idea nació en el año 1990 y desde ese tiempo empezaron a recoger
recursos con sus seis hermanos. Como se dice, pasaron las verdes y las maduras.
Hubo tiempos en que salían a hacer contratos, jornaleaban y todo iba para un
mismo fondo, un fondo que apuntaba al sueño de tener su propia energía
eléctrica. Nos contó Efraín, mientras se desgranaba el cielo, que él y sus seis
hermanos no sabían jugar fútbol pero aprendieron, según ellos. Invitaban a
otras veredas a jugar y, claro, no les iba bien en la cancha pero en la noche
vendían chicha y bailaban; para alumbrar la pista colgaban linternas hacia
abajo en forma de bombillos y con una grabadora de ocho pilas animaban la
fiesta. Así se recogía de a 5000 pesitos en ese tiempo. Como esas actividades,
hicieron muchas, y otras. El sueño nunca se apagó porque no había nadie quien
los desanimara: ese sueño solo lo sabían ellos.
Y así
transcurrieron 8 años. Como se dice, ocho años ahorrando. Después de ese
tiempo lograron comprar las primeras máquinas, todas de segunda. Desde allí
empezaron a hacer acequias para sacar el agua de la quebrada y un pozo donde se
iba a recoger. Y así, paso a paso hasta que lo lograron. En 1999 alcanzaron el
sueño. Alumbraron los primeros bombillos.
Hoy Efraín y su familia abastecen 12 viviendas y
nos dan a conocer que tienen capacidad para 60 con dos máquinas, la generadora
y la reguladora; lo demás es artesanal, como la descolgada del agua, la presión
y la instalación. La alcaldía de Jambaló apoyó la compra de la posteadura, el cableado y los trabajadores que los instalaron.
Pero una cosa que quedaba como inquietud era que él
hablaba de voltajes, regulación estabilización, vatios, amperios, en fin, y la pregunta era, ¿en qué universidad
estudio? Y él dijo: “no señor, aquí la universidad es el trabajo” y “de la
necesidad porque mi grado de estudio fue hasta segundo de primaria, el estudio
no es necesario para inventar, lo que sí es necesario es la paciencia, con
paciencia se logra todo”. Fueron las palabras del inventor Efraín Rivera. El
asesor, el ingeniero ha sido él mismo.
Con base en eso, Efraín sigue con su sueño de
contribuir al wët wët fxi´zenxi e inventa su generador de energía portátil con
materiales reciclables, que fue con lo que se inscribió en la Campaña.
Consiste en un tarro plástico de aceite de motor al
que en su boquilla le adapta una manguera asegurada con cauchos de neumático;
por dentro van unas bobinas de
grabadora, una ruedita con aspas donde pega el agua, una banda de caucho que
transmite la rotación a la bobina y dos cables pequeños que salen, los cuales son
los que conducen la energía. Así de sencillo. Un generador que puedes llevar a
cualquier parte, especialmente a la finca donde lo único que haces es conectar
la manguera con agua y unir los cables
que salen del portátil al radio, a la linterna, a un bombillo...
A medida que el aguacero mermaba iba finalizando la
exposición de la experiencia de la familia Rivera. Un poco mojados, pero la
experiencia transmitida está por encima de todas las dificultades que se
presenten.
Gonzalo Rivera, del Cecidic, le contó que allí en
ese centro necesitan resolver el problema eléctrico que viene de tiempo atrás.
Por la mitad del Cecidic pasa el río San Francisco, de buen caudal. A varios
ingenieros les han consultado que si con esas aguas pueden tener un sistema
eléctrico autónomo y la respuesta ha sido la misma: “imposible”. Efraín escuchó
en silencio, con atención científica y al final dijo:
"La universidad es el trabajo", dice Efraín.
La alcaldía de Jambaló apoyó el proyecto suministrando postes y cables y pagando los trabajadores que hicieron la instalación.